Un hombre en evidente avanzado estado etílico comenzó a insultar y reírse de los funcionarios que advirtieron su estado y procuraron evitar un incidente. Fue detenido y puesto a disposición de un juez que ordenó le liberaran cuando se le pasara la borrachera, informó la policía.
El hombre merodeaba en el cruce de Román Guerra con Ituzaingó, el pasado sábado 19 de abril cerca de la medianoche. Su proceder no era tan neutro como el de cualquier vecino, porque llamó la atención de personal del Grupo Especial de Patrullaje que pasó por el lugar.
Los efectivos policiales decidieron aproximarse al hombre y dialogar con él para asegurarse de que no causaría problemas a partir del evidente estado etílico en el que se encontraba.
Cuando le pidieron identificación, el abordado la emprendió a insultos y actos de falta de respeto a la autoridad, lo que decidió a los efectivos a marcharse con él a la comisaría: el personaje acababa de dar muestras concretas de que podría causar algún incidente en cualquier momento.
Identificado en la sede policial, y tranquilizado su humor, se procedió a avisar al juez de turno lo que estaba ocurriendo.
El magistrado formuló alguna interrogante para asegurarse que había entendido bien lo que había pasado, y dispuso que le mantuvieran encerrado hasta que se le pasara el estado etílico.
Una vez que recobrara la lucidez plena, que le dejaran ir, con resaca y todo. El hombre fue liberado horas más tarde de su detención.