Trabajo: en un mar complicado el tema es cómo se viaja
Interés General 09:30

Trabajo: en un mar complicado el tema es cómo se viaja

El pasado 12 de mayo Ignacio Munyo, Director Ejecutivo del Centro de Estudios de la Realidad Económica y Social (Ceres), hizo uso de la palabra ante la Comisión Especial de Futuros del Parlamento del Uruguay enfocando “El futuro del trabajo como eje de la agenda de reformas”.

Lo que se transcribe es una selección de lo expresado por Munyo en la oportunidad.

“El tema está presente hace tiempo en todos los foros en los que se discuten temas de relevancia global. Nadie puede negar que el proceso de automatización es un hecho, que se aceleró con la pandemia y que va a estar presente en el horizonte.

La clave es el barco

Todos estamos en el mismo mar, pero no en el mismo barco.

La complejidad de las tareas requeridas es creciente, mientras que las diferencias de preparación, competencias y habilidades entre las personas son enormes.

Para generar puestos de trabajo complementarios a la tecnología se deben impulsar cambios en las condiciones de preparación, apoyo y regulación, porque no surgen por generación espontánea.

Los sectores vinculados al turismo y a la agroindustria podrían también contribuir a la demanda de trabajo en la medida que sigan sofisticándose.

En todos los casos, las nuevas oportunidades de empleo surgen en tareas cada vez más complejas en las que los trabajadores deben tener una ventaja comparativa respecto de la tecnología.

Esta interacción con la automatización mejora la productividad, pero viene acompañada de enormes desafíos para el país.

La metodología también tiene presente que la mayor barrera a la automatización viene por el lado de la inteligencia emocional y la empatía: la capacidad para ponerse en la piel del otro es inherente a la condición humana.

Por lo tanto, aquellos trabajos con mayor contenido de destreza manual, creatividad y empatía serían los que tienen mejores perspectivas.

No son “pobres” pero viven como ellos

Más allá de la coyuntura,si las personas actualmente se encuentran desempleadas o subempleadas, hay que analizar sus perspectivas de desarrollo laboral, y para ello se puede recurrir a los datos de la Encuesta Continua de Hogares del INE y procesarlos.

Con la metodología aplicada de Uruguay, se puede observar que las 210 mil personas que en 2019 no eran estadísticamente definidas como pobres —porque sus ingresos se encontraban por arriba de la línea de pobreza— pero vivían en situación económica y social similar a las 310 mil definidas como pobres se encontraban en las mismas condiciones de vulnerabilidad laboral.

La vulnerabilidad era mucho menor para el resto de las personas.

Las posibilidades futuras de muchas personas están limitadas por las tendencias del mundo del trabajo y, además, hay que advertir que no es deseable, ni posible en una economía como la de Uruguay, frenar el avance de la tecnología.

Tenemos que ser conscientes de que vamos a convivir con un desempleo tecnológico que no se soluciona con crecimiento económico.

Se genera empleo y desempleo

Las nuevas tecnologías son una gran oportunidad para la mejora de la productividad, pero también generan la necesidad de apoyar a las personas que quedan al margen.

Se puede mejorar la inserción internacional del Uruguay sin tener que esperar los tiempos de otros países para firmar acuerdos de libre comercio.

Más allá de los vaivenes de precios internacionales, se puede reducir el costo de la energía para producir, de la mano de una mejora de transparencia y eficiencia de las empresas públicas con participación en el mercado de capitales.

Nueva mirada para la normativa laboral

Sin descuidar beneficios adquiridos, se puede adaptar la legislación laboral a la realidad actual para encadenar crecimiento económico con mayor empleo.

Hay que mirar con una óptica nueva la normativa sobre jornada laboral, sobre categorías laborales que encorsetan la negociación colectiva y sobre convenios acordados a nivel de rama que se vuelven preceptivos para empresas que no tienen nada que ver entre sí.


Hay que tener claro que el trabajo va a ser una preocupación permanente, que no se puede nublar por los buenos números de 2022.

Un problema es no tener trabajo. Otro problema mayor es tener dificultades para conseguir trabajo.

He ahí una de las más complejas encrucijadas del Uruguay: No alcanza con retomar el crecimiento de la economía para mejorar la situación angustiante de miles de familias.

Estar sin trabajo puede ser coyuntural y solucionarse con un repunte del ciclo económico; no conseguir trabajo, ser rechazado del mercado por no tener habilidades útiles para los que generan puestos de empleo, deriva en una angustia individual y colectiva que golpea fuerte.

El empleo es insustituible en su rol de articulador social.

La insuficiencia educativa

Se debe mejorar el sistema educativo para adaptarlo a las necesidades actuales. La realidad es que tenemos un sistema que ofrece un mal servicio y que obtiene muy malos resultados.

Hace décadas que Uruguay presenta indicadores de insuficiencia educativa en Secundaria cercanas al 50%.

Es desalentador ver que tantos jóvenes en edad de entrar al mercado de trabajo no estén en condiciones de insertarse productivamente, que sean funcionalmente analfabetos. Saben leer y escribir, pero no pueden procesar información para resolver un problema, ni hacerse preguntas relevantes para aprender en el proceso.

En otras palabras, gran parte de las personas que son formadas por nuestro sistema educativo son fácilmente automatizables.

La situación de la educación es crítica y, sin cambios, las perspectivas son dramáticas.

Reconvertir más que asistir


Se pueden mejorar los programas públicos de recapacitación laboral para los que necesitan nuevas oportunidades. No es nada sencillo, pero todo el esfuerzo invertido en recapacitación tendrá sus frutos en el futuro. Son muchos los trabajadores que lo necesitan.

La lectura de la serie de documentos sobre el Futuro del Trabajo publicada en 2019 por la OIT, en conmemoración de su centenario, indica que el camino es la inversión permanente en el desarrollo de capacidades humanas.

Entre las posibles alternativas se podría analizar un subsidio para la reinvención laboral, sin contrapartida, que garantice un ingreso mínimo de subsistencia; lo que lleva a discutir la viabilidad económica (y qué beneficios sociales se deberían sustituir para poder financiarlo) y si deben estar condicionado o no.

En el contexto actual y ante lo que se viene, un apoyo para la reinvención laboral podría tener un impacto superior a los programas de transferencias vigentes.

No más impuestos

El país no tolera suba de impuestos: los contribuyentes ya hacen un esfuerzo demasiado grande para financiar servicios públicos y una amplia batería de transferencias sociales existentes.

La reforma de la seguridad social es parte de esta agenda, y tiene un rol central a la hora de redistribuir recursos fiscales”…



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